OMAR EL BENNYAD

CON UN FUTURO BRILLANTE

Hola soy Omar, tengo 22 años y esta es mi Historia de Vida.

 

Omar Nació en Tánger (Marruecos), donde ha vivido hasta hace menos de un año. Tras probar suerte en Barcelona desde hace cuatro meses reside en la Ciudad de la Esperanza (CIDES) en Aldaia.

Como él mismo cuenta no vio otra salida que emigrar de Marruecos, puesto que allí no tenía futuro. Tras morir su padre con los 300 euros que ganaba su madre no podía seguir pagando sus estudios y tuvo que dejar la carrera de Derecho Árabe en tercero. Además, intentó buscar un empleo y no lo encontró. “Decidí salir porque en un trabajo allí no ganas más de 300 euros, que es lo que cuesta un alquiler de una casa, así no se puede vivir ni tener familia ni nada”, detalla.

Este joven llegó a Marruecos en autobús desde Algeciras y allí estuvo varios meses, donde, como explica, “tuve muchos problemas y decidí venir a Valencia, donde tenía algunos amigos”. Aquí al principio no fue fácil y se vio abocado a vivir 20 días en la calle hasta que pudo acceder al Centro de Atención a la Inmigración (CAI), que le dirigieron a CIDES. “Ha sido un camino duro, me han pasado cosas malas y he sufrido mucho pero al final Dios abre todas las puertas”, cuenta Omar.

 

En Ciudad de la Esperanza me han tratado como a un hijo, me han dado futuro y estoy feliz

En sus palabras el joven marroquí no deja de agradecer todo lo que están haciendo en CIDES por él: “Se preocupan mucho por mi, me han tratado como a un hijo, como si fuera familia”. Además, sigue contando, “ha sido el lugar donde me han dado esperanza en esta vida y estoy feliz de que me hayan dado esta oportunidad”.

En CIDES además de darle lo necesario para vivir como un lugar donde dormir, ropa o la comida también le han ayudado a formarse. Su objetivo es formarse en hostelería y turismo y así conseguir un trabajo antes de tres años, tiempo máximo que tiene para conseguir los papeles. De hecho, en los próximos días comenzará un curso de cocina.

De la Ciudad de la Esperanza también destaca que “ayudan a todo el que lo necesita y si de verdad quieres labrarte un futuro mejor te dan muchas oportunidades”.

Omar también dedica parte de su tiempo como voluntario en Cruz Roja. Concretamente con niños de 6 a 12 años, muchos de ellos hijos de inmigrantes, a los que ayuda a hacer los deberes, juega y les da la merienda. También como traductor del árabe. “Cruz Roja y muchas personas también me han ayudado mucho y yo no puedo hacer otra cosa que devolverles el favor, Igual que me han ayudado a mi yo quiero ayudar a otras personas”, explica.